COLOMBIA INSPIRA
Hoy quiero hablarles sobre mi bella Colombia, un país situado al norte de Sur América ,
bañado por dos océanos: el Pacífico nos
deleita con su gastronomía y nos
comunica con el comercio de todo el mundo;
el Atlántico nos deslumbra
por la belleza de sus playas que invitan al descanso y tranquilidad,
playas adornadas con historias de libertad, amor y arraigo por nuestra tierra .
Cuando se recorre Colombia por carretera, se pasa fácilmente
por zonas de 200 metros sobre el nivel del mar, donde el calor, la humedad y la
radiación solar abundante nos permite gozar de una variedad de verdes en la
naturaleza manchados por múltiples
colores florales y atravesados por variedad de aves, mariposas y
reptiles; hasta paramos que tocan las nubes con sus picos y se confunden con el
cielo azul, derritiendo sus hielos y distribuyendo sus aguas por todo el país
hasta el mar. Hasta hace una veintena de años Colombia fue reconocida por ser
el país con más riqueza hídrica del mundo y aunque hoy en día nos encontramos
entre los diez con mayor riqueza hídrica cuando recorres cada ciudad, cada
pueblo, se observa un sinnúmero de ríos y quebradas que invitan a refrescarnos.
Y entre el nacimiento de ríos y quebradas y su desembocadura se atraviesan
varios pisos térmicos que alegran el paisaje con su vegetación. Como no
alegrarse en los páramos con los hermosos frailejones blancos llenos de vida oculta y un poco más abajo el
color simétricamente ordenado de los cultivos de papa que con sus flores lilas y amarillas ponen de fiesta la ruana
boyacense y bajando aún más el maíz, las habas, las arvejas, las moras, las
fresas y demás cultivos nos recuerdan el hermoso origen del hombre colombiano.
Y como olvidar la zona cafetera con sus flores blancas y sus frutos rojos, sus
aromas dulces y sombríos y su oscuro sabor a amor de madrugada.
Pero Colombia también es carbón negro, fuerte y lleno de
energía, allí en la península de la Guajira
múltiples carreteras y líneas férreas
atraviesan las arenas pálidas del desierto y monstruos gigantescos escarban
el desierto en busca de tan preciada piedra. Y en las montañas boscosas
perdidas de los andes también se esconde la piedra por la que Colombia es conocida, las esmeraldas, únicas en el
mundo por su color y transparencia y que se
les reconoce como las más valiosas del mundo y allí no muy lejos las minas de sal de
Zipaquirá y Nemocón le cuentan a propios y extraños de los mundos subterráneos
blancos, húmedos y brillantes.
Sin embargo lo más hermoso y valioso de nuestro país es su
gente. Gente que convierte al maíz en muchísimas formas de arepas: unas
blancas, otras amarillas, sin sabor, con sal y hasta de dulce, con queso, con
carne, con todo. Gente que diseña, fabrica y comercializa su propia ropa,
creando una moda propia y enviada al mundo por diseñadores de talla
internacional. Nuestras ciudades son sitios ricos en color, sabor y
tonalidades, en sonrisas y miradas y sobre todo llenas de alegría y optimismo.
Y para enorgullecernos aún más, esa pujanza, perrenque y verraquera de la gente
colombiana se hace patria en nuestros deportistas; como no vibrar con Nairo Quintana y muchos ciclistas
conquistando los Alpes y montañas Europeas o una Mariana Pajón que con su bici arrancó tantas lágrimas de
alegría en cada mundial de BMX. O que decir de nuestros patinadores líderes
mundiales de las pequeñas ruedas. También a
nivel mundial el deporte estrella es muy bien representado por la
tricolor y muchos son nuestros embajadores:
hoy Falcao, Cuadrado y James entre otros nos alegran con su particular
forma de festejar goleadas y triunfos trayendo al terreno de juego nuestro
ritmo y sabor.
Definitivamente Colombia inspira, y a ustedes amigos
extranjeros los esperamos con una
humeante taza de café recién colado.